15 August 2014

Becoming Like Children



Tuesday, 12 August 2014

Yo creo que una de las grandes razones que hemos regresado a Patzún es debido a los niños. Vemos su inocencia; experimentamos su alegría. En muchos sentidos, queremos volver a ser como ellos: tan simple, tan despreocupada. Sí, sabemos que tienen sus luchas, unos más que otros. Sin embargo, la inocencia de la niñez nos dibuja aquí, porque en su simple testigo nos presentan con algo tan profundo.

Y, por alguna razón, queremos ser como ellos.

Jesús nos recuerda en el Evangelio de hoy que tenemos que ser como niños para entrar en el Reino de los Cielos. Debemos emular su inocencia, su alegría. Sin embargo, también debemos ser como niños a través de nuestra dependencia de Dios. Al igual que un niño es dependiente de sus padres para fomentar, apoyar y protegerlos, así que debemos estar delante de Dios nuestro Padre. Buscamos especialmente a los niños porque en ellos y a través de ellos, la profunda sencillez de nuestra fe es vista y nos encontramos delante de nuestro Dios – hace presente en Palabra y Sacramento – buscan su crianza, apoyo y protección, como buscamos vivir una vez más en el original inocencia y la alegría que parece eludiéndonos como, por falta de una mejor palabra, maduro.

Deseamos llegar a ser como niños, porque vemos en ellos la profunda sencillez del amor de Dios.

        I believe that one of the great reasons we have returned to Patzún is because of the children. We see their innocence; we experience their joy. In many ways, we want to become like them again: so simple, so carefree. Yes, we know that they have their struggles, some more than others. Nevertheless, the innocence of childhood draws us back here, for in their simple witness they present us with something so profound.

        And, for some reason, we desire to become like them.

         Jesus reminds us in today’s Gospel that we need to become like little children to enter into the Kingdom of Heaven. We need to emulate their innocence, their joy. However, we also need to become like children through our dependence on God. Just as a child is dependent upon his or her parents to nurture, support and protect them, so we must be before God our Father. We especially look to the children here because, in them and through them, the profound simplicity of our faith is exampled, and we find ourselves standing before our God – made present in Word and Sacrament – seeking His nurturing, support and protection, as we seek to once again live in the original innocence and joy that seems to elude us as we, for lack of a better word, mature.

        We desire to become like children, for we see in them the profound simplicity of the love of God.



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Enjoy the journey . . .

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